22 de febrero de 2011
PAZ EN LIBIA, DEMOCRACIA EN LIBIA, APOYO AL PUEBLO LIBIO
DE TODAS MANERAS
Las personas son irrazonables, ilógicas y centradas en si mismas,
AMALAS DE TODAS MANERAS
Si haces el bien, te acusarán de tener motivos egoístas,
HAZ EL BIEN DE TODAS MANERAS
Si tienes éxito ganarás falsos y verdaderos enemigos,
TEN EXITO DE TODAS MANERAS
El bien que hagas se olvidará mañana,
HAZ EL BIEN DE TODAS MANERAS
La honestidad y la franqueza te hacen vulnerable,
SE HONESTO Y FRANCO DE TODAS MANERAS
Lo que te tomó años en construir puede ser destruido en una noche,
CONSTRUYE DE TODAS MANERAS
La gente de verdad necesita ayuda pero te podrían atacar si lo haces,
AYUDALES DE TODAS MANERAS
Dale al mundo lo mejor que tienes y te patearán en los dientes,
DALE AL MUNDO LO MEJOR QUE TIENES DE TODAS MANERAS
MADRE TERESA DE CALCUTA ( reza en un letrero en la pared de Shishu Bhavan. La casa para niños en Calcutta )
19 de febrero de 2011
La Carta Manuscrita de Diego Velázquez. Dedicado a Alicia, José Enrique y Antonio con enorme gratitud
Carta manuscrita e inédita, escrita de su puño y letra, por el insigne pintor español, sevillano para mayor abundamiento, Diego Rodríguez de Silva y Velázquez , a Catorce de Agosto del Año 1629 de Reinado de Nuestro Monarca Su Majestad Felipe IV de Austria, también de Habsburgo, llamado El Grande y Rey Planeta.
Eminencia Cardenal Francesco Barberini, Gloria a Dios en sus obras que las dispone con gran suabidad y se regocija y se alegra mi alma de tan alto honor como me a concedido permitiéndome realizar mi humilde y modesta labor en las Estancias Vaticanas, que deviendo el susodicho vivir onesta y religiosamente y pacífico, e encomendado mi alma a Dios y a mi Rey, mi cuerpo y mi persona entera en pintar para su corte cuantos encargos me sean encomendados, sacando grandísimo provecho de esta invitación y estancia romana, donde nuestro Beatísimo Padre, muestra al pueblo italiano su gran e insuperable magnificencia y Vuestra Eminencia , su altísima y grande e insuperable generosidad para un humilde pintor que aquí en estas Estancias me hallo sin hallarme del todo, con las llaves prestadas por su Eminencia con tanto desprendimiento de suyo. Díxome Usted, su Reverendísimo siervo de Dios, que tomase las llaves de las Estancias cual quien toma las de su casa y héteme aquí en la del incomparable Rafael de Urbino que colinda con las del Juicio Final del mejor florentino que haya parido la Historia de las Artes Liberales y aún de las Mecánicas, Miguel Ángel y es en la Estancia aledaña a la de ambos insignes donde mi claustrofobia y sentimiento hipersensibilizado de claustrofobia, se me manifiesta en grado sumo, de tal suerte que empiezo a sudar como un gorrino y sufro amagos de desbanecimiento y vaidos varios como de mujer histérica, yo que me tengo por el más valiente Caballero de la Cruz de Santiago a la cual aspiro y no es cosa de dignidad que averigüen en el Reino de Hispania y mucho menos mi Rey y Señor, que a mi me flaquean las piernas por tal nimiedad. Basta que anoche tuve miedo porque sentí pasos y abrir y cerrar de puertas como si los espectros del Florentino y el Urbanita me quisieran amedrentar de suyo, que de mío ya estoy , como dicen en castellano acojonado, dicho con más sutileza gallega o catalana acollonido. Por todo lo cual, ruego caramente y encarecido a Su Merced Cardenalicia que permítame obviar mi permanencia acobardada y pusilánime en tal Estancia como quien evita males mayores administrando remedios y medicinas antes de que el mal se expanda y gangrene algún miembro, tal mis brazos o manos, herramientas fundamentales y esenciales para un pintor, artista de corte, nada más y nada menos que del Rey Planeta Español que en nada ensombrece la calidad y la altura de Vuestro Señor , Vuestro Tío, El Santo Padre, coaliado de Dios el Altísimo que todo lo ve y está en este momento viendo que no sólo es miedo sino mortal aburrimiento, ya que yo soy pintor de corte, de suyo siempre bien acompañado cuando no de Juana, hija de Pacheco, mi bella y modesta esposa y mis dos hijas preciosas, Francisca e Ignacia, lo estoy de toda mi amplia, extensa y dilatada parentela sevillana o mis compañeros y discípulos de taller donde siempre reina seriedad laboral y sana alegría y regocijo de campechana camaradería, que lo mismo nos arrancamos por soleares que por sevillanas y en viendo que en Roma son ustedes más adustos, caigo pronto en desalientos y depresiones, cosa que se puede evitar en dejándome sólo dos llaves, las de la casa de Rafael y sus bellísimos frescos, en especial el de la Escuela de Atenas y de la casa del de Buonarroti Simoni y su Juicio Final donde todos despelotados fueron vestidos por orden de Su Santidad Pablo IV, de sus desvergüenzas por Il Braghettone, Daniele da Volterra, con lo cual no peco de indignidad e impudicia. No sabiendo que aportar a mi súplica para mayor abundamiento de este farragoso y largo suplicamento que os elevo, sólo a Dios pido una cosa de la mayor importancia, que la Salud os premie como Vuescencia os mereceis, esto es, reemplazando a vuestro tío en el Trono, aunque yo desee larga vida para ambos, Tío Pontífice y Sobrino Nepote. Aprovechando tan en el fondo escueta misiva para lo que se estila en estos tiempos barrocos pero a la vez manieristas, que me concedáis el enorme privilegio de visitar con vuestro permiso la Villa Médeci al aire libre que me de el fresco de las afueras y se me permita tomar apuntes y copiar la amplia colección de escultura clásica, para todo lo cual precisare su salvoconducto y dignísima recomendación. Suyo afectísimo.
Diego Velázquez de Sevilla y España y Olé
Eminencia Cardenal Francesco Barberini, Gloria a Dios en sus obras que las dispone con gran suabidad y se regocija y se alegra mi alma de tan alto honor como me a concedido permitiéndome realizar mi humilde y modesta labor en las Estancias Vaticanas, que deviendo el susodicho vivir onesta y religiosamente y pacífico, e encomendado mi alma a Dios y a mi Rey, mi cuerpo y mi persona entera en pintar para su corte cuantos encargos me sean encomendados, sacando grandísimo provecho de esta invitación y estancia romana, donde nuestro Beatísimo Padre, muestra al pueblo italiano su gran e insuperable magnificencia y Vuestra Eminencia , su altísima y grande e insuperable generosidad para un humilde pintor que aquí en estas Estancias me hallo sin hallarme del todo, con las llaves prestadas por su Eminencia con tanto desprendimiento de suyo. Díxome Usted, su Reverendísimo siervo de Dios, que tomase las llaves de las Estancias cual quien toma las de su casa y héteme aquí en la del incomparable Rafael de Urbino que colinda con las del Juicio Final del mejor florentino que haya parido la Historia de las Artes Liberales y aún de las Mecánicas, Miguel Ángel y es en la Estancia aledaña a la de ambos insignes donde mi claustrofobia y sentimiento hipersensibilizado de claustrofobia, se me manifiesta en grado sumo, de tal suerte que empiezo a sudar como un gorrino y sufro amagos de desbanecimiento y vaidos varios como de mujer histérica, yo que me tengo por el más valiente Caballero de la Cruz de Santiago a la cual aspiro y no es cosa de dignidad que averigüen en el Reino de Hispania y mucho menos mi Rey y Señor, que a mi me flaquean las piernas por tal nimiedad. Basta que anoche tuve miedo porque sentí pasos y abrir y cerrar de puertas como si los espectros del Florentino y el Urbanita me quisieran amedrentar de suyo, que de mío ya estoy , como dicen en castellano acojonado, dicho con más sutileza gallega o catalana acollonido. Por todo lo cual, ruego caramente y encarecido a Su Merced Cardenalicia que permítame obviar mi permanencia acobardada y pusilánime en tal Estancia como quien evita males mayores administrando remedios y medicinas antes de que el mal se expanda y gangrene algún miembro, tal mis brazos o manos, herramientas fundamentales y esenciales para un pintor, artista de corte, nada más y nada menos que del Rey Planeta Español que en nada ensombrece la calidad y la altura de Vuestro Señor , Vuestro Tío, El Santo Padre, coaliado de Dios el Altísimo que todo lo ve y está en este momento viendo que no sólo es miedo sino mortal aburrimiento, ya que yo soy pintor de corte, de suyo siempre bien acompañado cuando no de Juana, hija de Pacheco, mi bella y modesta esposa y mis dos hijas preciosas, Francisca e Ignacia, lo estoy de toda mi amplia, extensa y dilatada parentela sevillana o mis compañeros y discípulos de taller donde siempre reina seriedad laboral y sana alegría y regocijo de campechana camaradería, que lo mismo nos arrancamos por soleares que por sevillanas y en viendo que en Roma son ustedes más adustos, caigo pronto en desalientos y depresiones, cosa que se puede evitar en dejándome sólo dos llaves, las de la casa de Rafael y sus bellísimos frescos, en especial el de la Escuela de Atenas y de la casa del de Buonarroti Simoni y su Juicio Final donde todos despelotados fueron vestidos por orden de Su Santidad Pablo IV, de sus desvergüenzas por Il Braghettone, Daniele da Volterra, con lo cual no peco de indignidad e impudicia. No sabiendo que aportar a mi súplica para mayor abundamiento de este farragoso y largo suplicamento que os elevo, sólo a Dios pido una cosa de la mayor importancia, que la Salud os premie como Vuescencia os mereceis, esto es, reemplazando a vuestro tío en el Trono, aunque yo desee larga vida para ambos, Tío Pontífice y Sobrino Nepote. Aprovechando tan en el fondo escueta misiva para lo que se estila en estos tiempos barrocos pero a la vez manieristas, que me concedáis el enorme privilegio de visitar con vuestro permiso la Villa Médeci al aire libre que me de el fresco de las afueras y se me permita tomar apuntes y copiar la amplia colección de escultura clásica, para todo lo cual precisare su salvoconducto y dignísima recomendación. Suyo afectísimo.
Diego Velázquez de Sevilla y España y Olé
16 de febrero de 2011
15 de febrero de 2011
Llueve en Madrid...Bendita lluvia...Necesitamos que llueva más...
Que llueva, que llueva,
la vieja está en la cueva,
los pajaritos cantan,
las nubes se levantan,
¡que si!
¡que no!
que caiga un chaparrón,
con azúcar y turrón,
que rompa los cristales de la estación,
y los tuyos si, y los míos no.
11 de febrero de 2011
Por una transición pacífica al Estado Democrático por y para el Pueblo Egipcio
TAHRIR, LA PLAZA DE LA LIBERACIÓN, SÍMBOLO DE LIBERTAD Y JUSTICIA PARA EL PUEBLO EGIPCIO Y TODOS LOS PUEBLOS QUE RECLAMAN JUSTICIA, DEMOCRACIA Y LIBERTAD.
7 de febrero de 2011
Oración de san Francisco de Asís
Señor, haz de mí un instrumento de tu paz:
donde haya odio, que yo lleve el amor,
donde haya ofensa, que yo lleve el perdón,
donde haya discordia, que yo lleve la unión,
donde haya duda, que yo lleve la fe,
donde haya error, que yo lleve la verdad,
donde haya desesperación, que yo lleve la esperanza,
donde haya tristeza, que yo lleve la alegría,
donde haya tiniebla, que yo lleve la luz.
Oh, maestro, haz que yo nunca busque
ser consolado, sino consolar,
ser comprendido, sino comprender,
ser amado, sino yo amar.
Porque es dando como se recibe,
es perdonando, como se es perdonado,
y muriendo se resucita a la vida eterna.
donde haya odio, que yo lleve el amor,
donde haya ofensa, que yo lleve el perdón,
donde haya discordia, que yo lleve la unión,
donde haya duda, que yo lleve la fe,
donde haya error, que yo lleve la verdad,
donde haya desesperación, que yo lleve la esperanza,
donde haya tristeza, que yo lleve la alegría,
donde haya tiniebla, que yo lleve la luz.
Oh, maestro, haz que yo nunca busque
ser consolado, sino consolar,
ser comprendido, sino comprender,
ser amado, sino yo amar.
Porque es dando como se recibe,
es perdonando, como se es perdonado,
y muriendo se resucita a la vida eterna.
19 de enero de 2011
Momentos de Luz.......
Sufro un bloqueo monumental. Estoy estudiando con el espíritu muy disperso.
Ahora me he quedado encallada en la Plaza Mayor de Madrid. La preguntita se las trae: Realice un estudio, tomando como modelo la de Madrid, de las relaciones existentes entre arte y poder en las plazas mayores del siglo XVII: configuración y distribución de los espacios de poder en ellas, su sentido social, acontecimientos públicos y privados celebrados en ellas, su representación pictórica.
Veamos.
La Plaza Mayor de Madrid ha sufrido tres grandes incendios en su historia. Dos de ellos en el siglo XVII. El primero en 1631. Juan Gómez de Mora asumió las obras de reconstrucción. El segundo acaeció en 1670. El arquitecto Tomás Román fue el responsable de su reconstrucción. El último de los incendios, que arrasó un tercio de la plaza tuvo lugar en 1790, dirigiendo las labores de extinción Sabatini. Se encargó la reconstrucción a Juan de Villanueva, quien rebajó la altura del caserío que rodea la plaza de cinco a tres plantas y cerró las esquinas habilitando grandes arcadas para su acceso. Debiera preguntar el equipo docente si estos incendios fueron provocados. Me da en la nariz que sí. Las obras de reconstrucción se prolongarían hasta 1854, continuándolas tras la muerte de Villanueva, sus discípulos Antonio López Aguado y Custodio Moreno.
Las plazas mayores españolas fueron símbolo de la vida urbana: lugar de reunión, de mercado, de festejos..si tuviéramos que definir la ciudad hispana sólo con uno de sus espacios éste sería la plaza. Modelo de uniformidad fue la plaza de Valladolid, la primera de una serie de plazas regulares , que se pudo hacer gracias a un incendio previo, y son modelos experimentados que se repiten, aunque sea con variables. A mi tanto incendio me mosquea.
La corte se apropiaba de las plazas con ocasión de las Fiestas. En el caso de Madrid, ya desde que Felipe II instala la capitalidad en 1561, pero en especial con Felipe III, ese espacio de representación se convierte en un emblema de la monarquía.
La relación palacio/iglesia/plaza fue una de las más ensayadas en toda la época moderna, porque en esa feliz combinación de arquitectura y espacio urbano, se daban cita el poder político, el poder religioso y el poder ciudadano.
La Casa de la Panadería, en 1590,a cargo de Diego Sillero, fue el primer edificio construído en la plaza Mayor de Madrid, tras el derribo de las "casas de manzanas".
Es la Plaza Mayor de Madrid una plaza porticada rectangular de 129 metros de largo por 94 metros de ancho, que está completamente cerrada por edificios de vivienda de tres plantas, con 237 blacones en total. Dispone de 9 puertas de acceso, siendo la más conocida la del Arco de Cuchilleros, en la esquina suroeste de la plaza. La considerable altura de este arco se debe al gran desnivel que existe entre la plaza Mayor y la Cava de San Miguel. El origen de su nombre está en la calle de Cuchilleros, en la que antiguamente se ubicaban los talleres del gremio de cuchilleros, pues suministraban sus artículos al gremio de carniceros afincados dentro de la plaza.
En el centro del lado norte de la plaza se levanta la Casa de la Panadería, y enfrente suyo, en el lado sur, la Casa de la Carnicería.
La Plaza Mayor se convirtió desde sus inicios, no sólo en principal mercado de la villa, tanto de alimentación (surtida por los numerosos tablajeros vigilados por el Repeso), como de otros géneros (instalándose en los soportales los principales gremios); sino también en el escenario de numerosos actos públicos, como corridas de toros, autos de fe ( como el inmortalizado por el pintor Francisco Ricci, celebrado en 1680), ejecuciones públicas, colocándose el patíbulo delante del portal de pañeros si la pena era de garrote; frente a la Casa de la Panadería, si era de horca; y ante la Casa de la Carnicería, si era de cuchillo o hacha. También se celebró en la Plaza Mayor la beatificación de San Isidro, patrón de Madrid.
La estatua ecuestre de Felipe III que se encuentra en el centro de la Plaza Mayor fue comenzada por el escultor italiano Juan de Bolonia (Giambologna) y terminada por su discípulo Pietro Tacca en 1616. Fue regalada al Rey español por el entonces Gran Duque de Florencia, estando inicialmente situada en la Casa de Campo.
En 1848 la Reina Isabel II ordena su traslado a la plaza Mayor. Junto a esta estatua estoy retratada con mi hijo menor durante el mercado navideño, costumbre que se mantiene vigente desde el año 1860.
Mientras estudio este interesante tema, mi mente divaga y mi espíritu está disperso. Pienso en el concierto que dará Luz Casal el mes próximo al que no podré ir. Me gustaría mucho acudir a un concierto de Luz en esta maravillosa plaza que tan buenos recuerdos me trae de otra plaza espléndida, la de Salamanca, con su Café Novelty y el espíritu de Unamuno realizando sus tertulias diarias en la terracita. Ah, también me dedica una sonrisa, tan reconfortante, Carmen Martín Gaite, mientras toma apuntes sentada al sol.
Ahora me he quedado encallada en la Plaza Mayor de Madrid. La preguntita se las trae: Realice un estudio, tomando como modelo la de Madrid, de las relaciones existentes entre arte y poder en las plazas mayores del siglo XVII: configuración y distribución de los espacios de poder en ellas, su sentido social, acontecimientos públicos y privados celebrados en ellas, su representación pictórica.
Veamos.
La Plaza Mayor de Madrid ha sufrido tres grandes incendios en su historia. Dos de ellos en el siglo XVII. El primero en 1631. Juan Gómez de Mora asumió las obras de reconstrucción. El segundo acaeció en 1670. El arquitecto Tomás Román fue el responsable de su reconstrucción. El último de los incendios, que arrasó un tercio de la plaza tuvo lugar en 1790, dirigiendo las labores de extinción Sabatini. Se encargó la reconstrucción a Juan de Villanueva, quien rebajó la altura del caserío que rodea la plaza de cinco a tres plantas y cerró las esquinas habilitando grandes arcadas para su acceso. Debiera preguntar el equipo docente si estos incendios fueron provocados. Me da en la nariz que sí. Las obras de reconstrucción se prolongarían hasta 1854, continuándolas tras la muerte de Villanueva, sus discípulos Antonio López Aguado y Custodio Moreno.
Las plazas mayores españolas fueron símbolo de la vida urbana: lugar de reunión, de mercado, de festejos..si tuviéramos que definir la ciudad hispana sólo con uno de sus espacios éste sería la plaza. Modelo de uniformidad fue la plaza de Valladolid, la primera de una serie de plazas regulares , que se pudo hacer gracias a un incendio previo, y son modelos experimentados que se repiten, aunque sea con variables. A mi tanto incendio me mosquea.
La corte se apropiaba de las plazas con ocasión de las Fiestas. En el caso de Madrid, ya desde que Felipe II instala la capitalidad en 1561, pero en especial con Felipe III, ese espacio de representación se convierte en un emblema de la monarquía.
La relación palacio/iglesia/plaza fue una de las más ensayadas en toda la época moderna, porque en esa feliz combinación de arquitectura y espacio urbano, se daban cita el poder político, el poder religioso y el poder ciudadano.
La Casa de la Panadería, en 1590,a cargo de Diego Sillero, fue el primer edificio construído en la plaza Mayor de Madrid, tras el derribo de las "casas de manzanas".
Es la Plaza Mayor de Madrid una plaza porticada rectangular de 129 metros de largo por 94 metros de ancho, que está completamente cerrada por edificios de vivienda de tres plantas, con 237 blacones en total. Dispone de 9 puertas de acceso, siendo la más conocida la del Arco de Cuchilleros, en la esquina suroeste de la plaza. La considerable altura de este arco se debe al gran desnivel que existe entre la plaza Mayor y la Cava de San Miguel. El origen de su nombre está en la calle de Cuchilleros, en la que antiguamente se ubicaban los talleres del gremio de cuchilleros, pues suministraban sus artículos al gremio de carniceros afincados dentro de la plaza.
En el centro del lado norte de la plaza se levanta la Casa de la Panadería, y enfrente suyo, en el lado sur, la Casa de la Carnicería.
La Plaza Mayor se convirtió desde sus inicios, no sólo en principal mercado de la villa, tanto de alimentación (surtida por los numerosos tablajeros vigilados por el Repeso), como de otros géneros (instalándose en los soportales los principales gremios); sino también en el escenario de numerosos actos públicos, como corridas de toros, autos de fe ( como el inmortalizado por el pintor Francisco Ricci, celebrado en 1680), ejecuciones públicas, colocándose el patíbulo delante del portal de pañeros si la pena era de garrote; frente a la Casa de la Panadería, si era de horca; y ante la Casa de la Carnicería, si era de cuchillo o hacha. También se celebró en la Plaza Mayor la beatificación de San Isidro, patrón de Madrid.
La estatua ecuestre de Felipe III que se encuentra en el centro de la Plaza Mayor fue comenzada por el escultor italiano Juan de Bolonia (Giambologna) y terminada por su discípulo Pietro Tacca en 1616. Fue regalada al Rey español por el entonces Gran Duque de Florencia, estando inicialmente situada en la Casa de Campo.
En 1848 la Reina Isabel II ordena su traslado a la plaza Mayor. Junto a esta estatua estoy retratada con mi hijo menor durante el mercado navideño, costumbre que se mantiene vigente desde el año 1860.
Mientras estudio este interesante tema, mi mente divaga y mi espíritu está disperso. Pienso en el concierto que dará Luz Casal el mes próximo al que no podré ir. Me gustaría mucho acudir a un concierto de Luz en esta maravillosa plaza que tan buenos recuerdos me trae de otra plaza espléndida, la de Salamanca, con su Café Novelty y el espíritu de Unamuno realizando sus tertulias diarias en la terracita. Ah, también me dedica una sonrisa, tan reconfortante, Carmen Martín Gaite, mientras toma apuntes sentada al sol.
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