4 de julio de 2007

"The Gold Bug"

"The Gold Bug" "Philadelphia Dolla Newspaper" (emulando a Edgar Allan Poe) -

"El escarabajo del reloj de la muerte, el "Xestobium rufovillosum" es un escarabajo perforador de la madera cuyas larvas son xilófagas. Llega a medir unos ocho milímetros de largo. Presenta una capucha amarilla rojogrisácea sobre la cabeza y sus élitros. La plaga de la madera causa orificios de dos a tres milímetros, ¿lo ves?. Contempla esta bella madera de roble o esta otra de aliso. ¿Ves esa especie de picotazos, estas oquedades lisas y lenticulares?"James, para empezar, no entendía un carajo qué significaban "xilófagas, élitros, oquedades, lenticulares.." Su padre, tan culto, tan versado en tantas cosas, parecía más un profesor universitario que un simple ebanista. Pero cuando acariciaba con aquellas rudas y rugosas manos la bella madera tallada de roble, abedul, olmo, pino...James entendía que el lugar de su padre era éste, el de el torneado y la taracea y no áquel, el de los latinajos y cultismos, el de los libros, el estudio concienzudo y las manos finas, delicadas, suaves, tersas. Su padre, sin duda, era el mejor ebanista de todo el condado. El padre de James seleccionaba escrupulosamente la madera. Si alguna pieza no le gustaba, la desechaba sin piedad, sin contemplación ni miramientos. A James le asaltaban a veces unas ganas enormes de salvar alguno de aquellos maderos destinados al sacrificio, "Éste para la carpintería. No apto para la noble ebanistería" - decía su padre y James callaba horrorizado, pensando que si su padre en vez de tratar con tableros lo hiciese con personas o animales, la despiada criba, la rigurosa selección rozarían el fascismo más inhumano.

Llegaban terribles noticias del frente y James temblaba cada vez que pensaba que podría ser llamado a filas. Por el momento se libraba. Trabajando en el taller de su padre, había perdido los dedos índice y medio de la mano derecha en un fatal accidente. El índice se precisa para disparar. El medio para hacer burla al enemigo, se decía James para aliviar la angustia vital que le carcomía el alma, tal como aquel maldito escarabajo del reloj de la muerte roía las maderas nobles destinas a las preciosas tallas de ebanistería." No me llamarán. No precisan de manos mancas." James odiaba tener que seguir obligatoriamente los pasos de su padre, pero ésto era mejor que pegar tiros a personas inocentes en un campo de refriega. Tampoco le era de mucha utilidad a su progenitor. Pero sabía que un aprendiz debe callar, escuchar, mirar con atención y dejar trabajar al experto y maestro. El padre de James había prometido que si algún día concluía aquella maldita guerra haría algo al respecto, una especie de acto simbólico para la posteridad. James ignoraba a qué se refería, qué tramaba aquel hombre sagaz, brillante y astuto como pocos. El ocho de mayo, "Día de la Victoria en Europa" mientras los aliados occidentales daban por finalizada la contienda y todos salían a la calle a celebrarlo, el padre de James sacó del bolsillo de su pantalón una funda de paño que contenía una diminuta figura refulgente. James no pudo reprimir su curiosidad y con la mirada interrogó a su padre. La respuesta no pudo ser más sorprende para el joven aprendiz. El maestro talló una diminuta hendidura en la madera de olivo e introdujo un minúsculo escarabajo de oro, que cubrió con masilla. El padre de James selló sus labios con el dedo índice extendido como rogándole que no dijese nada a nadie de aquello. James extendió el dedo índice de su mano izquierda. Ambos guardarían aquel secreto, aquel pacto de paz para siempre.

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