10 de julio de 2007

"Pulso de soberbios"

Aquel edificio era un puro exceso de magneficencia, suntuosidad y pompa. Cuando pedí que me hicieran una foto en la escalinata a la fachada del mismo, nunca imaginé que al revelarla yo iba a parecer tan poca cosa, una minucia de tan poca entidad que más bien semejaba una hormiguita que transitaba por ahí a punto de ser eliminada por un vulgar pisotón.

Decidí que no era justo que la arquitectura superase la propia dimensión humana, asi que le dije al chico gay de la tienda de FOTOPRIX que una de dos, o eliminaba aquel mastodonte de la fotografía o me eliminaba a mi mediante esas técnicas ultra eficientes y eficaces del revelado digital. El joven con palabras y gestos muy amanerados y soltando mucha pluma afeminada, tanto que lo sentí muy cercano, muy de mi condición, como amiga íntima o familiar femenino muy allegado, me dijo que "si había que eliminar a uno de los dos mamíferos, lo mejor era el fósil revelarlo tamaño 20x30 con márgenes para enmarcar y al otro mamífero, osea, tú, revelarte a tamaño 10x15 sin márgenes, que siempre realza más la figura humana especialmente cuando se ve tan poquita cosa como tú en la foto, que al natural y en persona estás mucho mejor"...Le respondí que "con amigo como él para que quería enemigas" esbozando una de mis mejores sonrisas traperas y añadí que "por mi no hay inconveniente, siempre y cuando no salga retratada con ese fondo soberbio que me rebaja a nivel del betún".

El chico gay pareció muy satisfecho al comprobar que accedía a sus sabios y certeros consejos. Se atrevió a decirme que la próxima vez no eligiese fondos "tan ostentosos y grandilocuentes". Yo le repliqué que "grandilocuente" no venía al caso, ya que se dice del que habla o escribe con grandilocuencia y que se sepa los edificios ni hablan ni escriben. Entonces me respondió "tú, que se te ven tan guapa y tan lista, cómo lo dirías". Le contesté sin dudar y sosteniéndole altivamente su mirada, "Diría un fondo tan suntuoso y soberbio". "Eso, fondo suntuoso y soberbio. Entonces nunca te vas a retratar conmigo porque soy más soberbio y suntuoso que nadie". "De acuerdo, me parece genial que seas lo que te de la gana pero conmigo pórtate bien y hazme un buen precio, ya sabes, BBB, bueno, bonito y barato." "Te cobraré lo que te cobro siempre, Sabes que siempre te dejo un precio de amiga y te aplico photoshop para mejorar el careto". Mi sonrisa hipócrita adquiría tintes grotescos, como de mueca y decidí no echar más leña al fuego. Pensé que era una lástima no disponer de técnicas "Photoshop" en la vida real. "Siempre nos quedarán los cirujanos estéticos y el botox" me consolé. "Pero, la soberbia, esa cólera de las acciones descompuestas y las palabras altivas e improperios, ¿quién la remediaba?, ¿quién le ponía freno ahora que está tan en boga?" Me quedé pensando esto y otras zarandajas. El chico gay me palmeó el hombro y me dijo "Tía, vas a quedar perfecta en mis fotos y el edificio ese mastodóntico también. El miércoles las tienes por la tarde. Págame veinte euros a cuenta que ya sabes que aqui no damos a fiar a nadie, ni siquiera a personas tan majas y tan divinas de la muerte como tú."

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